RECOMENDACIONES

En el Aula

Es imprescindible que todo niño disléxico reciba un tratamiento específico, pero es crucial que su problema se atienda, al mismo tiempo, en el aula.
La atención escolar se debe basar primordialmente en la comprensión del trastorno, aunque se debe huir de las medidas sobre protectoras. Debe quedar muy claro que el problema no viene condicionado por una falta de motivación o pereza, ni tampoco por un nivel bajo de inteligencia, sino por un trastorno biológico.
Se recomiendan una serie de normas que deberán individualizarse para cada caso. Con ello se intentara optimizar el rendimiento, al mismo tiempo que se intenta evitar problemas de frustración y perdida de autoestima, muy frecuentes entre los niños disléxicos. Estas recomendaciones son las siguientes:
-Dar a entender al alumno que se conoce el problema y que se hará todo lo posible para prestarle ayuda.
-Hacerle sentar en las primeras filas, cerca del profesor, para prestarle la mejor ayuda.
-Se le debe ayudar a pronunciar correctamente las palabras.
-No utilizar el método "global" para el aprendizaje de la lectura.
-No se debe pretender que alcance un nivel lector igual al de los otros niños.
-Prestarle una atención especial y animarle a preguntar cuando tenga alguna duda.
-Se debe comprobar siempre que ha entendido el material escrito recibido.
-Se debe comprobar que el material que se le ofrece para leer es apropiado para su nivel lector.
-Se deben valorar los trabajos por su contenido, no por los errores de escritura.
-Siempre que sea posible, se deben realizar las valoraciones oralmente.
-Se debe recordar que requiere más tiempo que los demás para terminar sus tareas.
-Se debe tratar de destacar los aspectos positivos en su trabajo.
-Se debe evitar que tenga que leer en público.
-Se deben valorar los progresos de acuerdo con su esfuerzo, no con el nivel del resto de la clase. Se le debe permitir, si le resulta útil, el uso de la tabla de multiplicar, calculadora y grabaciones.
-Se le debe permitir el uso de medios informáticos.
-Se le debe enseñar a tomar apuntes mediante notas breves.
-Se le deben poner menos deberes de lectura y escritura.
-Siempre que sea posible no se le deben hacer copiar grandes "parrafadas" de la pizarra y, si es posible, darle una fotocopia.
-No se le debe ridiculizar nunca.
-En una prueba escrita no se le deben corregir todos los errores de escritura.
-Se debe aceptar que se distraiga con mayor facilidad que los demás, puesto que la lectura le comporta un sobreesfuerzo.
-Debe ser tomado en consideración el hecho que escuchar y escribir simultáneamente le puede resultar muy difícil.

LA DISLEXIA

La dislexia es un trastorno de aprendizaje que se caracteriza por una dificultad significativa en el aprendizaje de la lectura y de la escritura, en ausencia de alteraciones neurológicas y/o sensoriales que lo justifiquen, habiendo recibido previamente oportunidades escolares para su aprendizaje.

Es de origen genético y neurológico. Su identificación se realiza mediante un diagnóstico psicopedagógico. Cada niño dislexico es diferente y necesita su metodo de aprendizaje de tipo multisensorial(audiovisual,dibujos,juegos ,etc).
La adecuada comprensión de la dislexia, por parte de educadores y padres, evita efectos negativos sobre el desarrollo psicoafectivo del niño. No son niños despistados, vagos o tontos, adjetivos habitualmente utilizados para describirlos.
El diagnóstico temprano es fundamental,pues el niño podría sufrir consecuencias para su salud como:

  • Baja autoestima
  • Ansiedad
  • Elevado índice de fatigabilidad
  • Fobia escolar
  • Depresión
  • Problemas de conducta derivados de su continua frustración
  • Rasgos de tipo psicosomático: dolor de cabeza, de tripa, vómitos, etc.
  • Fracaso escolar

Características del Niño Disléxico

Como norma general, los niños con dislexia suelen presentar:
  • Dificultad para asociar las letras con sus respectivas representaciones sonoras.
  • Su rendimiento lector se sitúa por debajo de su rendimiento verbal.
  • Dificultad para trasladar el lenguaje oral a lenguaje escrito y viceversa.
  • Dificultad para mantener los diferentes componentes sonoros de las palabras en su memoria de trabajo.
  • Enlentecimiento en la denominación de objetos.
  • Lectura entrecortada y lenta.
  • Mala memoria a corto plazo, mejor a largo plazo.
  • Presencia de omisiones, sustituciones e inversiones dentro de las palabras.
  • Dificultades en la comprensión de lo leido.
  • Faltas de ortografía.
  • Dificultades en la automatización de secuencias (días de la semana, meses del año) y para aprenderse las tablas de multiplicar y el alfabeto.

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